Sólo así podemos comprender la espiritualidad de Monseñor Scalabrini. No hizo otra cosa que vivir el ideal que proponía a todos los cristianos:

​

"Dios ama a su Hijo y lo ama en esencia. Es imposible que pueda encontrar su deleite en otro que no sea en él porque el amor de Dios es infinito y sólo puede tener un objeto de valor infinito: Hic est Filius meus dilectus in quo mihi bene complacui - Este es mi propio Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mt 17,5). Pero este Hijo suyo amado, se hizo hombre. Por eso ama al hombre en él. Con un solo gozo y un solo amor abraza todos, cuerpo, carne y alma. Ahora bien, nosotros somos esa carne, esos huesos, somos esa naturaleza, somos un solo cuerpo con Cristo y en él y por él somos hechos hijos de Dios, de hecho, el mismo Hijo de Dios que está en nosotros, por lo que también nosotros en Él somos abrazados e incluidos por el Padre en un solo acto de amor. también el amor del Padre se ensancha y se extiende a nosotros, de modo que también nosotros somos hechos agradables a Dios y favorecidos por él en Cristo, que es, por naturaleza, agradable y favorecido por él. m: gratificavit nos in dilecto Filio Suo—Él nos hizo agradables a Él en su Hijo Amado. (Carta Pastoral, Cuaresma 1878. Piacenza, 1878. pp.16-17).

​

Fuente: LA ESPIRITUALIDAD DEL OBISPO SCALABRINI de Mario Francesconi, cs Traducido del italiano por Martin Bortolazzo, cs y Ezio Marchetto, cs​